Una terapia delicada y suave que facilita cambios en los tejidos y ayuda al sistema nervioso a regularizarse
Se basa en el principio de una pulsación sutil que emerge en los tejidos y fluidos del núcleo del cuerpo y en el sistema nervioso central. Esta pulsación es una expresión de la fuerza de la vida del individuo que se denomina “Aliento de Vida”.
Cuando el Aliento de Vida se expresa libremente, se mantiene el equilibrio y la capacidad autorreguladora, porque transporta una impronta esencial que actúa como principio ordenante a nivel celular. Sin embargo, el bloqueo o la restricción de este movimiento puede causar diversas patologías al nivel físico y psicológico.
Los efectos profundos se consiguen mediante un toque ligero en diferentes zonas del cuerpo, a través de las cuales se establece la atención y la intención de percibir los ritmos corporales para facilitar sutiles cambios en los tejidos y ayudar a la persona a conectar con su sabiduría corporal.
Una terapia global de toda la persona que puede ayudar a mejorar la calidad de vida en casi cualquier situación, circunstancia y molestia, incrementando la percepción de vitalidad, ligereza y conexión con sus propios recursos.
Una herramienta completa y eficaz que se complementa perfectamente y es aplicable con personas en un estado de salud delicado o cuando la respuesta de un tratamiento recibido no es satisfactoria.
Está indicada para personas de todas las edades y condiciones
niños y bebés
adultos
personas mayores
Embarazo, posparto, después de una operación, un accidente o en condiciones de cualquier dificultad.
En las sesiones se crea un entorno de confianza y seguridad en la que el cliente pueda sentirse cuidado y respetado, y permitirse a sí mismo mostrarse tal y como es. La sintonía entre terapeuta y cliente es fundamental para facilitar la toma de conciencia sobre lo que necesita la persona y para acompañar el proceso de cambio. El sentirse escuchado/a y acogido/a favorece el comienzo del camino autentico hacia el bienestar y la salud.
La persona tiene la posibilidad de escuchar su cuerpo y cambiar la perspectiva sobre lo que acontece durante las sesiones. También aprende a expresar lo que siente y a “estar con ello”, creando una nueva forma de relacionarse con el dolor, las sensaciones, emociones y/o pensamientos que le generan malestar, lo que posibilita un cambio significativo.